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domingo, 12 de julio de 2009

Theophilus Chiverton "El Primo"


SAN PEDRO DE MACORIS.-Durante siglos los dominicanos recibieron la influencia de otras culturas, que han añadido colorido, matizando su desarrollo.

Tal es el caso de los aportes de los llamados “Cocolos”, inmigrantes y descendientes procedentes de las islas británicas y del atlántico, que en cierto momento llegaron a ser tan numerosos que formaron una subcultura,que si bien llegaron al país como trabajadores de la industria azucarera, su dedicación, seriedad y afán de superación le dieron cierta notoriedad en los diferentes campos del país.

Los cocolos crearon hitos, al no desprenderse de los elementos culturales que le distinguieron, insertando estos elementos en los lugares en que se radicaron.


Entre sus aportes al folklore dominicano se cuenta el Guloya, cuyo nombre original es Good Lawyer, que el pueblo al no entender su pronunciación lo convirtió en Guloya

Good Lawyer o Guloya es una pieza cristiana tratada con mucha altura, amenizada por alegres y coloridos trajes llenos de colorines, espejitos, cascabeles y mûsica de flauta, redoblantes, triángulo y bombo, que en definitiva resulta enervante y atrayende para quien la ve y escucha.

guloya conformado por cuatro músicos, aproximadamente de 10 a 12 bailadores, con una tradición que tiene sus inicios en los años 30, todos pertenecientes a comunidades del ingenio Angelina, ConsuUno de los cocolos que alcanzo notoriedad fue el Señor Theophilus Chiverton quien vino de una isla inglesa de nombre Nivis, llego a San Pedro de Macorís en 1923 como Rey Jorge de los Momises, casándose con la Señora Guendolyn Fleck quien nació en Saint Kids otra isla inglesa.


Una casa pequeña, de madera y techo de zinc, que cuenta con unos 100 años de construcción sirvió de albergue a quien se constituyó en uno de los pioneros de la enseñanza, interpretació y baile de tan colorida pieza musical. Chiverton fundó el grupo guloya conformado por cuatro músicos, aproximadamente de 10 a 12 bailadores, con una tradición que tiene sus inicios en los años 30, todos pertenecientes a comunidades del ingenio Angelina, Consuelo, Santa Fé y Colón. Primo bailó hasta la edad de 94 años.

El aporte del grupo guloya al pueblo fue enorme, extraordinario. El pueblo de San Pedro de Macorís se identifica en cualquier lugar del mundo por los guloyas y sobre todo, por quien fue su mentor y jefe mientras vida tuvo, PRIMO.

Chiverton es reconocido con una tarja levantada al frente de la casa que le acogió junto a los elementos culturales que ha dejado plasmado en el folklore dominicano.

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